25N – DÍA INTERNACIONAL CONTRA LAS VIOLENCIAS MACHISTAS
En España, 71 mujeres han sido asesinadas este 2025. Cada feminicidio es una alerta ignorada, una vida arrebatada por la negligencia institucional y social.
Además, existen más de 105.000 casos activos bajo protección en el sistema VioGén.
El 25N no es solo una fecha: es una lucha que debe sostenerse cada día, en cada barrio, en cada centro de trabajo y en cada espacio de vida.
Dese CGT reivindicamos el fin de todas las formas de violencia:
- Laboral, que limita oportunidades profesionales, vulnera derechos y dificulta la conciliación precarizando nuestras vidas.
- Sexual, que nos agrede y cosifica, normalizando el abuso, reforzando la cultura de la dominación y condicionando nuestra libertad para vivir y ocupar los espacios con seguridad.
- Sanitaria, que ignora nuestras necesidades y decisiones, reproduce sesgos de género en diagnósticos y tratamientos, y pone en riesgo nuestro derecho a una atención digna, respetuosa y basada en evidencias.
- Judicial, que cuestiona a las víctimas, revictimiza en cada paso del proceso y favorece la impunidad, debilitando la confianza en un sistema que debería garantizar protección y justicia reales.
- Económica, que sostiene la dependencia, consolida la brecha salarial y la feminización de la pobreza, y limita nuestra capacidad de decidir sobre nuestras vidas y nuestro futuro.
- Vicaria, que utiliza a las criaturas y los vínculos afectivos como herramientas de daño, prolongando la violencia más allá de la pareja y atacando lo más vulnerable para someternos y controlarnos.
- Institucional, que falla en prevenir, proteger, reparar y garantizar derechos, perpetuando desigualdades y dejando sin respuesta a quienes enfrentan violencia en cualquiera de sus formas.
- En redes sociales, que reproduce patrones de dominación y sometimiento, amplifica el acoso, la humillación y la desinformación, y traslada la violencia al espacio digital con consecuencias reales para nuestras vidas.
La culpa y la vergüenza deben cambiar de lado.
La responsabilidad es colectiva: el silencio también es complicidad.
Desde CGT mantenemos viva la denuncia todo el año, porque mientras haya una sola persona amenazada, no habrá justicia ni libertad.
No más violencias machistas.






