Salud mental y alimentación saludable

Los últimos comunicados de la empresa podrían formar parte de una película de terror donde el villano, totalmente falto de empatía y ausencia de culpa, les dice a sus víctimas lo poco que se cuidan antes de acabar con ellas “entre terribles sufrimientos”.

Alten, además de preocuparse por la productividad y los resultados, tiene la obligación legal de velar por nuestra salud, tanto física como mental en el trabajo, sea cual sea nuestro lugar de trabajo.

Alten no puede abandonarte a tu suerte en el cliente. Tus responsables y el Dpto. de gestión de personal no pueden ignorar tus consultas y demandas. La empresa debe dimensionar correctamente estos departamentos, formar a sus componentes sobre cómo detectar y gestionar señales de estrés o malestar dotándoles de las herramientas necesarias para ello.

Si los entornos de trabajo flexibles que promueven la conciliación entre la vida laboral y personal previenen el estrés y la ansiedad ¿Por qué la primera medida en situación de intercontrato, ya de por sí difícil de gestionar, es la de hacerte acudir a la oficina para estar literalmente mirando las paredes?

¿Y la falta de reconocimiento de tu valía profesional? Sí, eso de que te mantengan en la misma categoría profesional año tras año, con el salario congelado. ¿Es algún tipo de terapia experimental?

Con la jornada de 40h/semanales tampoco podemos encontrar el momento para hacer ese ejercicio tan sano que nos proponen, a no ser que lo hagamos a las 5 de la mañana o a las 10 de la noche, fuera de horario laboral, guardias, transporte, disponibilidad…

No deberíamos tener que elegir entre salud mental y empleo

Rematan la cuestión con la alimentación saludable. Esa que nos podemos permitir gracias al aumento salarial que mantiene nuestro nivel adquisitivo…  El importe de los tickets restaurant lleva sin subir desde hace, en algunos casos, más de 15 años.

¡Vaya ironía! con esas cuantías congeladas ya no nos llega ni para comida basura. 

Desde CGT se ha solicitado a la empresa que se realice un estudio de riesgos psicosociales, pero “por un oído me entra y por el otro me sale”.

También hemos puesto en conocimiento de la empresa una herramienta para acceder a recursos como psicólogas/os y “si te he visto no me acuerdo”.

Pero ante nuestras aportaciones recibimos silencio y postureo.

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